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Noruega

Cuatro horas de oscuridad al día.

Quería a toda costa ir al norte y cuando se presentó la oportunidad de poder quedarme allí dos meses, no la dejé pasar. Eran los meses de verano en los que el sol brilla incluso a medianoche, a pesar de que la idea de Noruega nos hacía pensar en una tierra helada, pero no niego que los paisajes que vi me dieron ganas de volver, tal vez en invierno donde hay cuatro horas de luz por día. Largo y delgado, hogar de trolls y fiordos, te he viajado desde el extremo sur de Oslo y Bergen hasta más allá del Círculo Polar Ártico en el norte, cruzando lagos, ríos, bosques de coníferas y montañas. Caminé durante horas en medio de la atmósfera fría de tus paisajes, sin encontrarme con un solo ser humano, pero haciendo encuentros con alces, renos, bueyes almizcleros y linces. Me encantó el orden y la limpieza extrema de vuestras ciudades junto al mar con sus enormes plazas pavimentadas con colores fríos, así como las casas de madera amarillas y rojas, con marcos blancos y techos negros.

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