Se dice que la historia del hombre comenzó en el estrecho corazón de África y que, para el Viejo Mundo, fue continuada por los griegos. En la encrucijada entre Asia y Europa, fue el escenario perfecto para el nacimiento de una cultura excepcional hecha de mitos con las hazañas de héroes de nombres altisonantes, entrelazados con los destinos de mujeres espléndidas y en constante relación con numerosos y misteriosos dioses. rendían culto en templos que, sin duda, se contaban entre los edificios más importantes de todas las ciudades.

Ojalá pudiera decir que la Acrópolis de Atenas es condenadamente hermosa, pero lamentablemente esa grúa y esos andamios alrededor del Partenón han estropeado un poco mi imagen. Pero no me importa y digo que sí, la Acrópolis es jodidamente hermosa.

El estadio Panatenaico de la capital es inmenso y da una idea perfecta de lo que significa competir en una competición deportiva con los ojos del pueblo puestos en ti. Y luego el templo de Poseidón en el Cabo Sounion, construido sobre un promontorio rocoso que domina el mar azul, extremadamente solemne.

Encontrar algo malo en Grecia es realmente difícil.